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sábado, 1 de noviembre de 2014

· AKHENATÓN Y NEFERTITI ·

PASIONES Y AMORÍOS

 
Décimo rey de la XVIII dinastía egipcia, Akhenatón, conocido también como Amenhotep IV, es uno de los faraones más famosos del antiguo Egipcio, aunque buena parte de los hechos de su biografía nos son desconocidos. Fue nombrado corregente por su padre y llegaría a gobernar 17 años a mediados del siglo XIV a.C. Estuvo apoyado totalmente por su esposa y prima Nefertiti en su reforma religiosa para imponer el nuevo culto a Atón por encima de los demás dioses, especialmente de Amón, cuyos sacerdotes eran por entonces muy poderosos.

El faraón, hacia el quinto año de su reinado, cambió su nombre de Amenhotep por el de Akhenatón, que significa "Útil para el disco", haciendo llamar a su esposa Nefer-neferu-Atón, "Perfecta es la perfección de Atón". Luego, se retiró a una nueva ciudad que ordenó levantar y se llamó Akhetatón ("Horizonte del disco"), hoy Tell el-Amarna-, que se convirtió en capital de su nuevo Estado teocrático, centrado en el culto de Atón, el disco solar.

Dedicado a su religión, Akhenatón, se despreocupó de las tareas del gobierno, iniciándose así la decadencia del país y favoreciéndose las revueltas internas y la sublevación de las religiones más alejadas. La correspondencia hallada en Akhetatón, sin embargo, permite conocer las relaciones de Egipto con los países extranjeros y deja entrever que el país del Nilo continuaba con su prestigio.

Nefertiti, cuyo nombre quiere decir "La Bella ha venido", con su actitud respaldó totalmente las acciones de su marido, especialmente en su reforma monoteísta, en la que llegó a participar como gran sacerdotisa; en una inscripción de una tumba en Akhetatón se hace constar que el disco sale para manifestar su favor a Nefertiti y se pone redoblando de amor por ella.

Aparece en los relieves y estatuas como una reina de gran belleza, muy unida a su esposo: se la muestra sentada en las rodillas de Akhenatón, o junto a él adorando el disco solar y recibiendo sus bendiciones en forma de rayos que acaban en manos acariciadoras. El famoso Himno al Sol, del que fue autor el propio faraón, finaliza con la dedicatoria a Nefertiti, mencionada como la gran esposa a la que ama Akhenatón.

En otros relieves, especialmente emotivos, se muestra a la pareja real atendiendo amorosamente a sus seis hijas; una de ellas, Ankhesenamón, a través de su matrimonio hizo faraón a otro personaje bien conocido, Tutankhamón.

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